
Colocando una lámpara a la entrada del salón.

El encargado del Teatro - señor Fredes - colocando un candado de seguridad en la puerta de entrada al "taller".

La sobria ambientación del lugar.

La mesa, aún de un blanco impecable.
Luego las carbonillas, lápices, borradores y colores la llenarán de señales y heridas, transformándola en testigo de la labor.

Trabajando, en pleno otoño, al calor del sol y oyendo a los pájaros cercanos que vagabundean por las copas de los plátanos..
Algunos bocetos. Varios de ellos integran hoy las imágenes que cuentan la historia del frigorífico, desde el mural.


